Oh! Tiempo, tiempo
Melódico como el magma
Como el vetusto mineral
que surca fosas en la garganta
aliado con cada máquina
Los ojos en cruz
Los funerales
Cada engranaje mancha
Marca las sombras
De antiguos hombres
de manivelas amplias
que levantan sus casas
pero apestan a rio
que hierven en un pueblo
que fueron niños
Ellos
Enquistan las piedras
Y procrean taciturnos
por reflejo
Así fornican, fingen, lloran
Se curten en cada pálpito del fierro
Atisban encierros súbitos
Si huyeran en mínimas camadas
o creasen bombas!
Pero sólo patean palancas hartas
Se pausan, sucumben en dimensiones
pequeñas, por qué no inapropiadas
Cien sillas para esos hombres
para esos brazos de posibles hombres
y músculos tristísimos
En ese humilde, horrible rito
de lágrimas
de control grisáceo
Un timbre
coarta el paso
Cualquiera sea,
Cualquier paso
Entonces vuelven los gritos
oscuros como un depósito
como una rueda oxidada
que huele a incierto, a vacío carcelario
A llave,
A poleas de invierno
Es la pérdida de todo hoy
hecha pan
vuelta ginebra
Adentro de overoles magros
En lo negro de la historia que está llena de relámpagos
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